martes

Interrogante Sobre una Reflexión

Escrito por Valentín García Carballo.,

A veces me asalta una duda, y en mi afán de encontrar una explicación, llego a teorizar sobre lo que conozco y he leído, para concluir con un interrogante que se asienta en la reflexión.
Nadie decide cuando, donde y de que forma nacer. La vida es un don que se nos da y se nos quita sin que nosotros tengamos nada que decir, sin pedirnos nuestra opinión. La filosofía taoista dice que es mas fácil encontrar un salvavidas en el océano que no que nazca un nuevo ser. Siguiendo esta filosofía tan valida como cualquier otra, es evidente que nos encontramos ante un accidente y que nacemos casi por casualidad. Naturalmente ponemos los medios para que esto suceda-unión de sexos- ¿Pero es eso suficiente? Isaac Newton decía que el universo operaba siempre de una forma predecible, como una enorme maquina, porque durante mucho tiempo esto fue lo único que pudo demostrarse. Las cosas que ocurrían simultáneamente a otros acontecimientos, pero que no tenían con estos relación casual, se considero que eran debidas al azar.
Si yo hubiese nacido en cualquier otro lugar o momento, evidentemente mi vida habría sido distinta, pero ¿habría sido yo distinta persona? Esta claro que mi historia habría sido diferente, pero ¿mi destino habría sido también diferente? ¿Se escribe nuestro camino en el momento de nacer? ¿Forjamos nosotros con nuestro carácter y forma de ser nuestro futuro?
¿Tenemos lo que nos merecemos? ¿Acaso nuestra recompensa o castigo es el adecuado a nuestros meritos o deméritos? ¿Es por tanto cierto que todo es un accidente? No tengo respuestas a tantas interrogantes.
James Redfield, en su novela LAS NUEVE REVELACIONES, nos habla de la energía y nos dice: “La Segunda Revelación establece nuestra intuición como un hecho real. Podemos entender que hemos estado preocupados por la supervivencia material, centrándonos en controlar nuestra situación en el universo con la seguridad como único objetivo”
La Tercera Revelación inicia un nuevo concepto de la vida. Define el universo físico como energía pura, una energía que de una u otra manera responde a como pensamos”.

Albert Einsten, quiso mostrarnos que lo que percibimos como materia dura, es en su mayor parte un espacio vacío por cuyo interior circula una forma de energía. Esto nos incluye a nosotros. Y la física quántica lo que ha venido a demostrar, es que cuando miramos esas formas de energía a niveles cada vez mas pequeños, vemos resultados asombrosos; cuando separas diminutas porciones de esta energía, llamadas partículas elementales y tratamos de observar como operan, el acto de la observación por si mismo altera los resultados como si sobre aquellas partículas elementales influyera lo que espera o piensa el experimentador. Esto es cierto incluso si las partículas deben aparecer en lugares a los que no es posible que lleguen, dadas las leyes del universo tal como las conocemos: dos lugares distintos en el mismo momento, adelante o atrás en el tiempo, este genera dos cosas.
Desde la perspectiva que me concede el tiempo transcurrido, me doy cuenta que el ser humano no ha cambiado a pesar de su experiencia, y esto es así porque su experiencia es muy corta, a penas el tiempo de su efímera vida como persona; naces y mueres en un breve plazo de tiempo y ahí, se acaba tu experiencia; la otra, la que se escribe en los libros, apenas le presa nadie atención, y como no la has vivido no te sirve de nada; vives solamente TU EXPERIENCIA, no la de los demás. Nos movemos por sentimientos; pocas veces actuamos al margen de lo que sentimos en cada momento. La ira, el orgullo, la envidia, la avaricia, el miedo, la gula, entre otros condicionan nuestro comportamiento diario.
De nada sirven los consejos que nos dan personas mas ancianas y mas sabias, basados en su experiencia. Su vida y su experiencia no es la NUESTRA, por tanto es poco el caso que hacemos.
Expresado de forma casi cómica pero no por esto menos real, a veces nos preguntamos como es posible que funcionase esto o aquella antes de que llegáramos nosotros. Nuestro orgullo y porque no, nuestra inmadurez nos permite ser tan pedantes.
Acabo con la reflexión, naturalmente añadiéndole otra interrogante: ¿Es posible que al ser parte de la energía, nuestra vida no cambiara hasta que aceptemos este hecho; que todos los seres, planetas y universo procedemos de la misma fuente y creados con la misma energía?.........v

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