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REFLEXIONES DE UN JUBILADO (3)

Autor: Valentín García Carballo

MAIL
Tenía yo escrito, en respuesta a un correo recibido, esta sencilla proclama, que reclama y exclama lo curioso del medio del que se sirven algunos para intermediar pareceres y noticias varias, a la vez que se envían valijas de literario contenido.

Como quiera que permanecía en el olvido de ese archivo aparcado donde se guardan pensamientos y filósofas ocurrencias de variada oportunidad, me dije al leerlo por oportuna casualidad: !Pardiez, que la oportunidad la pintan calva! !Sírvame de excusa la ocurrencia para rellenar espacio de vacio contenido por merma de agilidad mental y falta de lucidez momentánea!

Y así de aquesta forma, salgo del atolladero en que me encuentro de no saber que decir ni poner digno de ser tenido en merito en estos lugares en que me dio por escribir y que di en llamar "Reflexiones de un jubilado", "Recuerdo de una memoria", "Lo extraño que es el idioma castellano" o "Historia de las calles de mi pueblo". De aqueste  ultimo titulo tengo a bien aclarar que llamo pueblo al Madrid  de mis amores, lugar donde nací y en el que por oportuna procedencia, me tengo por castizo.
Y llamo pueblo al Madrid  de mis quereres, porque Madrid como capital, no fue tal hasta transcurrido muy curtido peaje histórico.
Séame permitida la licencia de  hacer  un poco de historia, remontándome algo en el pasado, no mucho, para entender el motivo de mi referencia a Madrid como "pueblo" para comprender que no es capricho de obtuso conocimiento y si de entendido conocimiento.

Si cogemos cualquier  tratado de ilustres autores, entre los siglos XV y XVII, incluido el Siglo de Oro de la literatura española, podrá observar el curioso lector, que al hablar de Madrid, a bien se tiene en primer lugar hablar de pueblo y más tarde de villa. Y esto es cierto de toda certeza porque en aquel entonces, (principios del siglo XV), Madrid, aun no era Corte.

La certeza histórica nos acredita que Madrid no fue capital hasta 1606, tras un intervalo de cinco años en que el Duque de Lerma a bien tuvo trasladar la Corte a Valladolid. A mayor abundamiento, hasta 1931, con el advenimiento de la Segunda República, no se oficializó constitucionalmente esta realidad, que posteriormente fue sancionada en la Carta Magna de 1978.

La Segunda República aceptó este hecho jurídico por el interés que representaba la idea de capitalidad desde una perspectiva de ventaja nacional.

Sin embargo, no fue hasta 2006 (hace tan solo 7 años) que se promulgó la Ley de Capitalidad y Régimen Especial de Madrid, reconociéndole este hecho diferencial, que mi pueblo no se hizo capitalino. Pero aquesta es otra historia que si se tercia, algún día contaré.

 Así pues, una vez entendido que no es capricho de pánfila ocurrencia y si de ajustada y merecida referencia, prosigo con el tema principal que dio lugar a paréntesis tan extenso como necesario.

Y dicho y hecho: He aquí la respuesta que di al destinatario del correo recibido por esos medios de pérfida ocurrencia que dan en llamar "Mail", o "Correo electrónico", producto de malados malandrines que no dudan en someter a caballeros y caballerizas a la tortura impuesta de viajar por !Dios sabe que medios! a fin de llegar a destino en tiempo y forma prometido.

Helo aquí:

"Doy por cierto que quien maneja el noble arte de juntar letras, en disponer tiene sentido de devorar contenidos. Y por tener por cierto aquesta premisa, permitome la licencia de mostrarte algo de lo que a bien tuve de juntar en ilusionado compromiso.

Mancando el ilustre correo de bien conocido y reales servicios prestados, en necesidad impuesta me preciso de utilizar aqueste diabólico sistema que algunos, -que Dios les perdone la osadía e imprudente ignorancia-, dieron en llamar “Mail” o “correo electrónico”..!Vive Dios! Y Santiago Apóstol me ampare, tenga vuestra merced por cierto, que si diese yo en averiguar el sufrimiento de caballerizas y caballeros que obligar imponen a viajar por aquestos medios, mi florete en justa medida sobre la carne de los responsables de tamaña ofensa, cumplida venganza tomara. Dios no concibió caballos ni caballeros para que en trasportar se hiciera de aquesta infame tortura, correos y valijas.

Aceptada pues, por obligada necesidad, la forma de enviar, reciba vuecencia lo que a bien vengo a remitirle. Espero de vuestra hidalguía, correcto uso y lectura.

Reciba un venturoso parabien"

EL FIN DEL MUNDO
Ahora que se habla tanto del fin del Mundo por la lectura interesada que algunos hacen de la predicción Maya, no dejo de reflexionar lo mezquinos que somos.

En la prioridad del "Orden" que establece el giro, la pauta, energía y duración del ritmo de la creación, evidentemente no somos el número uno, el "ente" preciso y necesario en la maquinaria que procesa la cadena de "fabricación" . Existimos por  casualidad, gracias a la decisión, no sé si caprichosa o no, del "Quien! o "Que" que determina el uso y destino del universo.
 En la inmensidad de nuestra galaxia, entre los millones imposible de calcular de astros que la configuran, posiblemente seamos los únicos seres vivos. Seres con capacidad para interpretar y con sensibilidad para apreciar la naturaleza y la belleza que nos rodea. Y por tener esta capacidad, somos doblemente responsables de la atrocidad de nuestros actos.

Cerramos los ojos ante la proeza de la creación. Ignoramos de forma consciente nuestra insignificante figura y nuestra debilidad, dejándonos llevar por el ego de la especie. Nos negamos a dar gracias al "Orden", "Creador" "Dios", o como cada quien quiera denominar la energía que propicio nuestro ser. En nuestra malsana ignorancia, nos dedicamos a destruirnos y destruir la belleza que tan generosamente nos fue entregada.

Nos olvidamos que la naturaleza y la vida de la que gozamos, no son nuestras. Que nos fueron otorgadas para que las cuidáramos y preserváramos.

Que también nos fue concedida la facultad de decidir y que en nuestra mezquindad, esa facultad de decisión, la hemos pervertido en un libre albedrio, nocivo y destructivo.

Nos olvidamos de esta y otras cosas, todas ellas alejadas del orden natural de la creación. La inteligencia, ese "don", otorgado para seguir el ritmo del "creador" con propósito de evolucionar, se ha puesto al servicio del mal y de la destrucción.

No hace falta ser mago ni adivino, para vaticinar o predecir el futuro que nos espera de seguir esta deriva. No será necesario que vengan charlatanes ni presuntos falsos profetas ungidos por la gracia divina o del conocimiento, para saber interpretar el triste final al que está abocada la humanidad si seguimos cerrando los ojos voluntariamente para no querer ver lo que sucede .

En nuestras manos esta decidir ser los amos de este nuestro  espacio, por ser, casi con absoluta seguridad, la única raza con inteligencia que lo habita, o convertirnos en polvo galáctico gracias a nuestras avariciosas ansias destructivas de poder.

Somos tan mezquinos que teniendo una épica de futuro tan inmensa, en vez de poner los ojos en tan grandioso devenir, nos estamos dedicando al sórdido y macabro placer de eliminar lo que nos fue otorgado.

En esta destrucción sin sentido, la primera víctima, ha sido la inteligencia. Ha sido la primera en caer bajo el rodillo de la ignorancia y perversa avaricia que caracteriza los rasgos de algunos que se dieron en llamar  "Homo sapiens"

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